Las personas que viven con obesidad se enfrentan diariamente a la estigmatización y la discriminación por el peso, lo que da lugar a opciones de vida deficientes, estrategias de afrontamiento inapropiadas, ansiedad social y angustia psicológica. De forma alarmante, la evidencia sugiere que el estigma por el peso podría incluso asociarse con una reducción de la esperanza de vida. Se supone que los entornos sanitarios ofrecen un “espacio seguro” en el que las personas pueden hablar abiertamente sobre su salud sin miedo a ser juzgadas, aunque el sesgo por el peso y la discriminación prevalecen en gran medida entre los profesionales sanitarios (PS). Estos sesgos, aunque a menudo son inconscientes, pueden fomentar que las personas con sobrepeso y obesidad eviten la atención sanitaria, lo que da lugar a malos resultados de salud.

Eliminar el sesgo relacionado con la atención sanitaria y el estigma es esencial para garantizar que todas las personas se sientan cómodas y seguras al acceder a los servicios sanitarios sin demora, y para mejorar los resultados de salud a largo plazo para las personas que viven con sobrepeso y obesidad. Aunque se sabe que el sesgo del peso es generalizado en los entornos sanitarios, no se han definido de forma adecuada las estrategias para reducir la discriminación.